Cenotes Mexicanos: Belleza E Historia Natural

Si hay algo por lo que se caracteriza la península de Yucatán es por su cantidad de cenotes y su existencia es un rasgo geológico distintivo de la región. En el pasado, estos sitios fueron venerados por los antiguos mayas como pozos sagrados. Hoy en día son imanes para turistas, aventureros y exploradores.

¿Qué son los cenotes?

Los cenotes son pozos naturales de aguas profundas que se alimentan de la filtración de la lluvia y de las corrientes de los ríos subterráneos que nacen en el corazón de la tierra. La teoría más precisa sobre la formación de los cenotes es realmente fascinante. Hace más de 66 millones de años, un asteroide (de 10 a 15 km de diámetro) se estrelló contra la Tierra, concretamente en un lugar que ahora se llama Chicxulub, en la Península de Yucatán. Esto provocó una cadena de acontecimientos catastróficos que condujeron a la extinción del 75% de las especies animales y vegetales del planeta.

Después del immpacto, surgió un anillo de cenotes en el borde del cráter. Esto se debió a que el choque del asteroide con la superficie terrestre alteró los sedimentos calcáreos de la zona, haciéndola más susceptible a la erosión. Esta situación mezclada con la circulación de las aguas subterráneas que se desviaban del borde del cráter, creó una corriente más fuerte para atravesar la caliza debilitada, que con el tiempo creó dicho "Anillo de Cenotes". En la actualidad, el cráter en sí no es visible, ya que está enterrado bajo millones de años de sedimentos, selva y océano, por lo que solamente se ve un tenue anillo desde el espacio exterior. Los mapas de anomalías gravitacionales hacen que el cráter sea más visible al realzar también el anillo de cenotes que lo rodea. Existen tres tipos diferentes de cenotes: abiertos, parcialmente abiertos y subterráneos. Se clasifican según la edad: los cenotes abiertos son los más antiguos, mientras que los subterráneos son más jóvenes porque todavía tienen una cúpula que los cubre desde la superficie.

La importancia de los cenotes para los mayas

Los cenotes deben su nombre a los mayas, que los bautizaron con la palabra Dz'onot, que significa 'caverna con agua', y de ahí derivó su nombre actual. Para la civilización maya, los cenotes eran muy importantes, ya que, en una región carente de ríos o lagos, como Yucatán, los cenotes proporcionaban acceso al agua dulce durante todo el año. También eran considerados como lugares sagrados y centros de sacrificio: Los mayas solían arrojar joyas, vasijas, ropa y esculturas. De hecho, los científicos han encontrado muchos esqueletos humanos. Entre estos cenotes, destaca aquel que está en las proximidades del Templo de Kukulkan en Chichén Itzá. El gran número de cenotes en la Península de Yucatán así como su capacidad para sostener grandes asentamientos humanos constituyeron la base sobre la que pudo construirse una sociedad sofisticada. Los mayas también creían que los cenotes eran una puerta hacia Xibalba, el inframundo, y se creía que el dios de la lluvia, Chaac, vivía en el fondo de estos pozos sagrados. Los mayas realizaban rituales y ceremonias en los cenotes sagrados para pedir lluvia y buenas cosechas.